El gobierno federal decidió reabrir este miércoles (29), las fronteras de Brasil para los pasajeros extranjeros que viajan en avión. La restricción se había definido en marzo y se renovaba, cada mes, como una estrategia para combatir el nuevo coronavirus.

La ordenanza publicada en una edición adicional del “Diário Oficial da União” mantiene la restricción de entrada en cinco estados: Mato Grosso do Sul, Paraíba, Rondônia, Rio Grande do Sul y Tocantins. En otras palabras: los vuelos internacionales programados para aterrizar en estos aeropuertos permanecen prohibidos hasta finales de agosto.

Según la medida, los turistas deberán cumplir con “los requisitos migratorios apropiados para su condición, incluida la de tener una visa de entrada, cuando así lo exija el sistema legal brasileño”.

Los extranjeros con una visa de visita para una estadía corta, de hasta 90 días, deben presentar a la compañía, antes de abordar, un comprobante de compra del seguro de salud. El documento debe ser válido en Brasil y tener una duración de toda la estadía planificada. De lo contrario, puede prohibirse la entrada al territorio nacional.

También se mantuvieron restricciones al acceso por tierra y agua, al igual que excepciones a estas reglas. La ordenanza está firmada por los ministros André Mendonça (Justicia), Braga Netto (Casa Civil), Tarcísio Gomes (Infraestructura) y Eduardo Pazuello (Salud, interino).

En marzo, el gobierno comenzó a adoptar medidas para restringir la entrada de extranjeros como una forma de contener el progreso de la pandemia en el país. Desde entonces, el plazo ha sido extendido por las autoridades brasileñas todos los meses.